Tuesday, January 16, 2007

Cien años del primer curso de lingüística general

En 1905 y después de varias décadas a cargo, Joseph Wertheimer, profesor ordinario de Lingüística General de la Universidad de Ginebra, rabino y cabalista, se jubila. Sus aportes a la lingüística serán aquí generosamente honrados por un silencio. El 8 de diciembre de 1906 la Facultad de Letras de Ginebra confía la sucesión de la cátedra de Wertheimer a Ferdinand de Saussure, que agregaba así la "lingüística general" a la lista de cursos que dictaba desde hacía ya 15 años: Sánscrito, Gramática comparada del Griego y del Latín, Mitologías Germánicas, etc. Sujeto -según parece- a pautas reglamentarias, Ferdinand de Saussure dictaría, año sí año no, tres cursos de lingüística general. La primera de las clases del primero de los cursos tuvo lugar hace cien años, el miércoles 16 de Enero de 1907, frente a seis alumnos ojiabiertos. La última de las clases del último de los cursos tuvo lugar el 4 de julio de 1911 frente a doce alumnos ojiabiertos. Al segundo curso (noviembre de 1908-24 de junio de 1909) asistieron doce auditores cuyo grado de apertura ocular desconocemos. Un cuarto curso, del cual Saussure había adelantado su carácter “philosophique” y durante el cual proyectaba desenrollar su “linguistique de la parole”, estaba programado para el año escolar 1912-1913. En septiembre de 1912, sin embargo, Saussure se ve obligado a pedir licencia por razones médicas, y semanas más tarde, aparentemente (no se sabe a ciencia cierta) víctima de un cáncer de esófago, muere. Ni lerdos ni perezosos, y conscientes del filo innovador de su enseñanza, los proyectos de edición y reconstrucción de los cursos (se conocen al menos tres, de los cuales el de Antoine Meillet es sin duda el más importante) empiezan a llegar a la casa de la viuda, que confía finalmente a Charles Bally y Albert Sechehaye, colegas universitarios y antiguos alumnos de Saussure, la tarea de recolección, interpretación y homogeneización de los apuntes del maestro y de las notas tomadas por algunos de sus estudiantes. Ese texto se publicaría en 1916,  firmado póstumamente por Saussure, bajo el título de Cours de linguistique Générale .
De la influencia del Curso de Lingüística General no diré nada, por enorme e inabarcable. La primera traducción publicada fue la japonesa. (Antes, Romm lo había traducido al ruso, pero esa traducción, que consultaron los formalistas, nunca se publicó). La cuarta, publicada en Buenos Aires por Amado Alonso, fue la española. No sé cuántas traducciones existen.
En 1922, año en que se publicaba la segunda edición del Curso (todas las ediciones francesas posteriores reproducen ese texto y esa paginación) se dio a conocer también el conjunto de los escritos científicos de Ferdinand de Saussure, escasas 600 páginas entre las cuales figura el célebre ensayo (escrito a los 20 años, antes de doctorarse) Mémoire sur le système primitif de voyelles dans les langues indo-européenes, único libro publicado por Saussure en vida.
En 1957 Robert Godel publica un resumen y un análisis de las fuentes sobre las que se basó el Curso de 1916, inaugurando un programa filológico-interpretativo cuyo objeto de estudio serían los textos originales conservados, sobre muchos de cuyos puntos todavía no hay acuerdo. ¿Saussure formalista? ¿Saussure estructuralista? ¿Saussure pragmatista? ¿Saussure hermeneuta? ¿Saussure Filósofo? ¿Crítico Literario? Distintos autores han defendido a lo largo del siglo esos títulos, y muchos otros más.
En 1967 Rudolf Engler publica, en seis columnas, en una edición monumental de varios kilos y más de mil páginas (y que hoy cuesta más de 200 euros), la totalidad de las fuentes textuales conocidas (columnas número dos, tres, cuatro, cinco y seis) y el texto del Curso de Lingüística General (columna número uno).
En 1971 Jean Starobinski publica Les mots sous les mots, les anagrammes de Ferdinand de Saussure, dando una primera muestra de las teorías (delirantes y anti-psicoanalíticas, es lo menos que puedo decir) sobre la versificación latina que Saussure desarrollaba a la noche, haciendo uso de una de esas personalidades dobles tan de moda al final del siglo diecinueve.
En 2002 Simón Bouquet y Rudolf Engler reúnen, bajo el título de Écrits de linguistique génerale, un conjunto de notas para un libro (“De la esencia doble del lenguaje”) que se creía perdido (no se sabe cómo ni en qué circunstancias las encontraron), más algunas otras notas inéditas, más otras que sí habían sido editadas en distintas revistas, sobre todo en los Cahiers Ferdinand de Saussure.
Las cosas siguen caminando. Muerto el calesitero y perdida la sortija la calesa sigue girando. Las traducciones siguen apareciendo, las segundas traducciones, las nuevas ediciones (en 1968, me olvidé de decirlo, la italiana, de Tullio De Mauro, fue fundamental), las nuevas perspectivas encontradas en los mismos textos de siempre, los matices, las revoluciones (Jakobson le decía “segunda revolución saussuriana” al hallazgo de los anagramas en 1971), los congresos, las idas y las vueltas.
Hoy, 16 de enero de 2007, se cumplen cien años del primer giro de la calesita. No es nada, dirá usted, el mundo ha seguido su curso. Y yo entonces le diré que sí, que opinando así estaremos usted y yo de acuerdo, que el mundo, yo no digo otra cosa, ha seguido su Curso.